En el mundo actual, que se ha vuelto especialmente cambiante en los últimos años, las prioridades de los individuos también han vivido una transformación no solo como personas, sino también como trabajadores y empleados.
Ante esto, las organizaciones se encuentran ante el dilema de cómo posicionarse: adaptarse a las nuevas necesidades de los individuos o dejar pasar esta nueva realidad.
Sin embargo, ¿Cuál es el riesgo de pasar por alto estos cambios de pensamiento y de modo de vida y de trabajo? Está claro que no todo vale en este campo y, sin duda, la transformación actual del modo de producir y rendir no puede ser ignorada si queremos que nuestra empresa atraiga y, sobre todo, retenga talento.
Nuevos horizontes, nuevas formas de trabajo
Work from home, modelos híbridos, tecnología… Las ya no tan nuevas formas de trabajar en el día a día irrumpieron, y lo siguen haciendo, en la organización de las compañías y empresas.
Los empleados no quieren renunciar a un modo de vida y de trabajo al que ya se han acomodado y no están dispuestos a volver atrás. Los nuevos horizontes del trabajo se abrieron y la vuelta atrás no es una opción. Las organizaciones deben decidir cómo se posicionan ante este fenómeno. ¿Lo acompañan o lo abandonan? ¿Qué mecanismos utilizan para no quedarse atrás? ¿En qué consiste su transformación? ¿Cómo quieren conseguir que el compromiso y el bienestar persistan ante estas nuevas formas de trabajar?
Tomando ejemplo de empresas vanguardistas
Las organizaciones más actualizadas y comprometidas lo tienen claro: el nuevo paradigma de trabajo va de la mano con la transformación, no solo cultural y organizativa, sino también del propio espacio de trabajo.
Aunque para muchas personas no esté relacionado, un espacio preparado para afrontar nuevos retos, como los modelos híbridos, es una de las piezas clave para el éxito en este sentido.
Una buena estrategia no pone en duda el compromiso, la flexibilidad y el sentimiento de comunidad, los tres pilares imprescindibles del trabajo hoy en día.
Las empresas más vanguardistas saben que integrar en sus rutinas y programas laborales una estrategia que acompañe y guíe a los individuos que cohabitan y trabajan en el espacio es imprescindible para un éxito a largo plazo.
Integración de tecnología, modelos híbridos, espacios WELL con el usuario en el centro del proyecto… El futuro está muy presente en las empresas que conocen cómo tratar a sus empleados y que invierten tiempo, esfuerzo y dinero en ellos, haciéndolos sentir literalmente parte de algo, integrando su talento en la empresa y creando espacios seguros para ellos, tanto físicamente como emocionalmente.
Y ¿cómo conseguirlo? La respuesta es clara: una estrategia planificada por profesionales que no deje nada al azar.
El riesgo de no hacer nada
Crear una cohesión entre empleado y espacio de trabajo es la meta de tales estrategias. Las empresas que lo hayan asumido como un paso crítico para su negocio, tienen mucho ganado.
Pero, ¿cuál es el riesgo de desconocer esto? ¿Qué pasa cuando una empresa no hace nada al respecto? ¿Cómo reacciona el talento humano?
Workplace Strategy como solución
No hacer nada es un riesgo que no deberíamos estar dispuestos a asumir. Invertir recursos en conocer el entorno, a los empleados, las formas de trabajar y las relaciones existentes, tanto humanas como profesionales, es una apuesta segura para el éxito. De lo contrario, el talento solamente puede reaccionar de una forma: buscando un lugar más flexible.
En conclusión, la adaptabilidad al cambio es el valor real que diferencia a una empresa. ¿Cómo conseguirlo? La Workplace Strategy aporta ese valor que la empresa debe aprovechar, encontrando el equilibrio entre espacio y personas.
Conocer la empresa por dentro no solo consiste en tratar el espacio físico, sino que definir los perfiles de los empleados, qué pueden aportar y cómo se sienten más cómodos a la hora de trabajar nos permitirá colaborar de manera más eficiente.
Profundizar todas las posibilidades que ofrecen los recursos de los que disponemos, materiales y humanos, hacen que el espacio de trabajo deje de ser un lugar para convertirse en una experiencia que, a través de la Workplace Strategy, se puede optimizar para sacar todo su potencial.
Conclusión
La importancia de contar con una Workplace Strategy está clara. Las manos expertas, con un proyecto realizado a medida para cada organización, conociendo sus necesidades, están preparadas para poner en marcha estrategias que aporten valor a los espacios de trabajo.
Convertir el espacio de trabajo en un lugar social, centrado en el bienestar y adaptado a la cultura de la organización es el primer paso para el éxito.
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