Mucho se ha hablado ya de los cambios que estamos experimentando durante los últimos años a raíz del contexto social y económico que vivimos. Una de las consecuencias más transcendentales que nos ha invadido es la más básica y elemental de todas para un ser humano: la necesidad de lo común. Y no nos referimos a lo corriente u ordinario, sino a lo que se extiende a varios, a la generalidad de personas, en definitiva, volver a interaccionar con la comunidad.
A raíz del aislamiento por las medidas sanitarias, se ha reforzado el sentimiento de colectividad y se da más valor a las relaciones personales y a pasar tiempo con otras personas, siempre preservando la seguridad por encima de todo.
Y como ha ocurrido a lo largo de la historia, la arquitectura interior ha sido cómplice de esta evolución, dando respuesta a las nuevas necesidades con la creación de zonas comunitarias y de socialización en los diferentes escenarios en los que nos movemos.
En qué entornos se promueve lo común
Como criaturas sociales que somos, buscamos el bienestar colectivo en cualquier entorno en el que nos desenvolvemos. Desde ciudades, donde cada vez es más habitual la peatonalización de calles y plazas, a urbanizaciones privadas donde se habilitan zonas de ocio comunitario, pasando por centros públicos e instalaciones privadas donde ya es inconcebible no construir áreas para fomentar la interacción social.
Cómo promover una comunidad en los diferentes escenarios
Como queda dicho, cualquier entorno es bueno para generar relaciones entre los miembros de una comunidad. En el caso de los espacios interiores, nos encontramos con ejemplos en diversos sectores. Veamos algunos:
- Coliving:
Este sector es la referencia por antonomasia donde convivir es la razón de ser y el núcleo del diseño y planificación del espacio.
Muy en auge están las residencias de estudiantes, donde la mayor parte de los metros cuadrados están destinados a salas donde los usuarios puedan compartir momentos y experiencias juntos.
Residencia IE (Segovia)
También encontramos ejemplos de centros de mayores que han evolucionado enormemente en los últimos años en cuanto a estética y funcionalidad para aportar más bienestar a los residentes.
Centro DomusVI (Pontevedra)
- Oficinas:
Ya hemos hablado anteriormente de la importancia de la oficina como herramienta estratégica para la organización, y cómo se ha impuesto el modelo de oficinas híbridas dentro de las Workplace Strategy actuales.
Tras una época en la que los compañeros han estado más desconectados y en cierto modo fragmentados, crear sentimiento de comunidad puede llegar a ser el activo más productivo de una empresa. Por eso es importante, dentro del diseño del espacio, crear zonas comunes en las que se fomenten relaciones laborales valiosas tanto con compañeros dentro de la organización como con colaboradores y clientes.
Por ejemplo, salas versátiles para realizar reuniones formales, videoconferencias o presentaciones, y otras para reuniones más informales.
Oficinas Reny Picot (Madrid)
También en coworkings y edificios destinados al alquiler de oficinas, es importante disponer de zonas comunes para recibir a clientes y proveedores, pero también para intercambiar ideas con el resto de los usuarios.
Edificio de Hines en Distrito 22@ (Barcelona)
Coworking Utopicus (Madrid)
- Educación:
Aunque las áreas comunes no han sido concebidas para el aprendizaje como tal, está demostrado su conveniencia para fomentar las conversaciones distendidas y las reuniones espontáneas dentro de universidades y centros de formación.
Telefónica 42 (Madrid)
- Retail:
Tampoco el sector de Retail es ajeno a esta necesidad de apostar por “lo común” y por eso es habitual ver zonas de recreo social dentro de centros comerciales y tiendas.
Centro Comercial XMadrid (Madrid)
Por qué diseñar y construir para la comunidad
La tendencia en los proyectos Design&Build actuales es tener a las personas como centro de la propuesta. El confort y bienestar de los usuarios, desde todos los puntos de vista posibles, es el objetivo principal en la creación y transformación de espacios.
Disponer de zonas que promuevan las interacciones sociales beneficia de forma individual a las personas en cuanto a su inclusión y sentimiento de pertenencia a la comunidad, y también a generar afecto y arraigo humano, tan limitado en los últimos años.
Esto a su vez contribuye positivamente a las empresas, ya que sea del sector que sea, contará con un espacio en el que la gente es propensa a la participación activa, ya sea para trabajar, comprar o vivir.
Por eso es importante que el diseño sea hecho a la medida de cada organización, con sus necesidades únicas y sus objetivos propios.
Fuente de las imágenes:
Imágenes propias; imagen de Utopicus: Eva Casado, cedida por Actiu; Pexels.